domingo, junio 20, 2004

RESTAURANTE «SECUESTRADO» EN BOCA DEL RIO POR DIF ESTATAL

El propietario del establecimiento dice que desde el viernes la administración del Balneario Mocambo impide la entrada de cualquier vehículo, incluidas las ambulancias

Ángel Ortega López, propietario del restaurante «El Veracruzano», denunció nuevamente que la administración del DIF Estatal ha «secuestrado» su negociación y su casa, ubicadas en la calle Barco Viejo -a un lado del Balneario Mocambo-, al cerrar el paso de dicha vialidad sin dejar pasar ningún vehículo, «ni siquiera el carro de la basura, vamos, ni a la ambulancia de la Cruz Roja dejaron pasar ayer (sábado)».

El empresario restaurantero acusó que esta situación comenzó con el presente sexenio estatal, y que se recrudeció a partir de la «concesión» del centro vacacional a una compañía particular hasta el momento desconocida para él, ya que además del cerco metálico que se instaló desde hace más de cuatro años, la administradora del balneario, Norma Martínez González, mandó colocar candados en la pluma de entrada a lo que son las calles de Barco Viejo y Playa de Oro, rúas pertenecientes al mobiliario urbano municipal.

Asentado en la zona desde hace 25 años, Ortega López se dijo desencantado con el trabajo de la actual administración del centro vacacional, y del gobierno estatal en general por permitir la permanencia de su administradora.

Relató que con la disposición de rodear con una cerca alambrada el área del estacionamiento del centro recreativo, Norma Martínez se adjuntó las calles Barco Viejo, que baja desde el boulevard Ávila Camacho hacia la playa, y Playa de Oro, que corre paralela al mar. De esta manera, lo dejaron sin acceso a su casa y negocio.

«Antes tenía que entrar con mi coche por el estacionamiento de ellos, y no me cobraban, sólo eso faltaba, pero mis clientes sí tenían que pagar el estacionamiento para poder estar en el restaurante», acusó Ángel Ortega.

Con una plantilla de 30 trabajadores, la negociación del entrevistado se ha visto mermada en su venta diaria, viéndose obligado a cerrar más temprano de lo habitual. Detalló que paga todos los impuestos federales, estatales y municipales, y aún así tiene que seguir padeciendo el encierro al que fue confinado por la administración del Balneario Mocambo.

Con esto, ahora tiene que subir hasta la calle de entrada toda la basura para que pueda ser recolectada, incluso la de su casa; la misma obstrucción sufre hasta la Cruz Roja, «el sábado se estaba ahogando una persona en la playa de Mocambo, y ya no dejaron pasar a la ambulancia, que porque el estacionamiento ya está cerrado», realtó.

El restaurantero auguró que el problema que ahora deberá enfrentar será el acumulamiento de restos fecales en la fosa séptica que da servicio a su restaurante y hogar, ya que tampoco podrá pasará el camión cisterna que retiraba su contenido, «me tienen secuestrado», expresó.