jueves, agosto 05, 2004

MANGLAR DE ARROYO MORENO, FUENTE DE DISPUTAS TODO EL AÑO

Las riveras del arroyo Moreno, en el municipio de Boca del Río, ha sido objeto de diversas actividades de explotación a lo largo de los últimos decenios, ya sea mediante la tala de los árboles de mangle para la construcción de chozas con su madera, como en el desbaste y relleno de las orillas del arroyo para convertirlo en zona habitable por intervención de diferentes líderes sociales.

Durante el primer año del gobierno de Miguel Alemán Velazco, esta zona fue decretada como área natural protegida, lo que frenaba la utilización de dichos terrenos para cualquier actividad, ya sea agrícola o de urbanización. Con una extensión de 208 hectáreas, la zona continúa siendo dañada por descargas de aguas negras de las zonas urbanas y los vertidos de desechos de la Planta Termoeléctrica Dos Bocas de Comisión Federal de Electricidad. Sin embargo, las pugnas por irle ganando metros a la rivera ha continuado, muchas de ellas con implicaciones políticas.
DENUNCIAS AMBIENTALES Y MANIPULACIÓN POLÍTICA
Ya el 21 de enero del 2004, a petición de la Comisión de Regularización de la Tenencia de la Tierra, funcionarios del Ayuntamiento de Boca del Río realizaron un recorrido por los asentamientos humanos irregulares del municipio para determinar cuáles eran susceptibles de regularizar, sin embargo, al estar la mayoría dentro del área protegida no progresó. Se hablaba de más de 500 familias asentadas en estos terrenos.

Una de las agrupaciones que han solicitado un espacio dentro de esta área es «Sentimientos de la Nación» –que ahora respalda la candidatura del priista Fidel Herrera Beltrán por la gubernatura del estado–, encabezada en Veracruz por Evirilio Tamaríz Pimentel, quien junto con 500 de sus seguidores se plantó a las afueras del Palacio Municipal boqueño el tres de marzo del 2004; demandaban la conformación de una reserva territorial de 67 hectáreas en los márgenes sur del Arrollo Moreno, entre los Ejidos de Boca del Río y Primero de la Palma.

Tamaríz Pimentel aseguraba que Gobierno del Estado había hecho los trámites necesarios para la regularización solicitada, pero el municipio de Boca del Río era el que se negaba a dar el cambio de uso de suelo. Afirmó que el alcalde, Adrián Ávila, prefería proteger los intereses de su amigo Héctor Coutiño quien construye un fraccionamiento en la zona.

El 15 de abril del 2004, lancheros y pescadores denunciaron la tala de 12 hectáreas de mangle para la construcción del fraccionamiento «El Dorado», ya que la deforestación eliminaba su función de refugio e incubadora para las especies que explotan. Por ello, pedían como indemnización materiales de acuacultura para las siete cooperativas pesqueras afectadas. Edificado por «Constructora Estero Mandinga S.A.» (propiedad de Valentín Ruiz), «El Dorado» contó con todos los permisos pertinentes, según explicó el munícipe de Boca del Río, Adrián Ávila Estrada, porque no afectaba el área protegida del manglar.

Entrando a la época electoral, el 28 de junio, Francisco Gutiérrez de Velasco, candidato del Partido Acción Nacional a la alcaldía de Boca del Río, como parte de sus propuestas para la creación de empleos, anunció la creación de un parque ecológico en el manglar de Arroyo Moreno, con una inversión de 16 millones de pesos.

Por su parte, el cuatro de julio del 2004, el diputado federal priista, Martín Vidaña Pérez –mientras acompañaba al candidato a la diputación local, Alfredo Ferrari Saavedra–, criticó la presunta intención del alcalde panista de retirar a los habitantes de la zona alrededor del antiguo basurero municipal de Boca del Río, «si se tiene que mover la poligonal para respetar el derecho a la vivienda de los ciudadanos, lo van a tener que hacer. Ha sido falta de voluntad y de compromiso del gobierno de Adrián Ávila para darle a la gente lo que necesita».

En ese momento anunció que presentaría ante el Congreso del Estado y los medios de comunicación fotografías que demostraban que los carros del ayuntamiento rellenaban de arena la zona del manglar. Nunca se realizó tal presentación. Ávila Estrada, repetidamente, respondió con advertencias a la ciudadanía para que no se dejaran engañar por los candidatos que «de manera irresponsable» aseguran que se puede modificar la poligonal de la zona natural protegida del manglar, «están mintiendo y atentando en contra de la ecología».
LA PROFEPA ENTRA EN ESCENA
A pesar de la férrea defensa del alcalde boqueño sobre la actuación de sus empleados, el 17 de junio pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) notificó al Ayuntamiento de Boca del Río sobre la revisión que efectuarían en el manglar, debido a que dos días antes detectaron varios vehículos que depositaban escombro de obra de construcción, arena, tierra y basura, en dicha área.

En la orden de inspección de impacto ambiental número PFPA.SIV.IA 079/04, Manuel Molina Martínez, Delegado de la Profepa en el estado, mencionó que sus inspectores tomaron una foto de un camión con logotipo del Ayuntamiento boqueño mientras descargaba escombro y dañaba algunos árboles. Agrega el documento que al ser entrevistados los encargados del basurero, José Chaparro Molina y Oscar Casarín, manifestaron seguir órdenes del Jefe de Acción Municipal y el Director de Servicios Públicos Municipales para hacer relleno dentro del ex tiradero.

Según el acta de inspección –con el mismo número–, a las 10:15 horas del 21 de junio del 2004, los inspectores Wilfrido Hernández Ramírez, Edgar Morel Vela, Omar Reyes Cruz, Jorge Rojas Mojica y Víctor Manuel Ramón Barran, se presentaron en el área natural protegida para su revisión; el Ayuntamiento estuvo representado por el síndico Miguel Pedro Ramos Gutiérrez, quien nombró a Alfonso Vázquez López y Angel Jerezano Cortez como testigos de asistencia.

Como resultado del recorrido, que concluyó a las 18:00 horas, el acta menciona la detección de cúmulos de escombros, arena y tierra en depósitos aledaños al basurero, que afectaron en distintos grados a un total de 95 árboles de mangle, principalmente de las especies avicenia germanis y leguncularia racemosa, «especies protegidas en el estatuto de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059-SEMARNAT-2001».

Al serle solicitado el estudio de impacto ambiental expedido por la Semarnat para ese relleno, el sindico manifestó no poseerlo, pero aclaró que lo realizado dentro del antiguo basurero es un relleno con desechos de obras de pavimentación, trabajo que siguió al cierre del basurero a cielo abierto que funciono por 20 años en los lotes 5 y 8 del Ejido Boca del Río, y que «fueron cerrados por ser altamente contaminantes y pertenecer al área natural protegida».

Y cierra el acta: «Como medida técnica, se hace saber al visitado que no siga depositando escombro de obra de construcción, arena, tierra y basura en el área que en se encuentra la vegetación del tipo manglar». A pesar de lo anterior, hasta el momento no se ha hecho del conocimiento del ayuntamiento que deba pagar una multa por la afectación de los árboles de mangle.
REPERCUCIONES
Derivado de la revisión anterior, el tres de agosto del 2004, Edwin Corona y Zepeda, integrante del Movimiento Ecologista Veracruzano, denunció el «criminal relleno del manglar de Arroyo Moreno» por parte de «los talibanes de la ecología» del Ayuntamiento de Boca del Río, y exigió aplicar «todo el peso de la ley en contra del titular del ayuntamiento», Adrián Ávila Estrada. Como «prueba», mostró fotografías de acumulación de restos de concreto a un lado de la cerca que rodea parte del manglar, aunque no especificó el sitio exacto donde fueron tomadas.

En respuesta, el alcalde dijo respetar los comentarios del ecologista, pero aseveró que le hacía falta información. Apuntó que desde el martes tres de agosto implementó un operativo para vigilar que no haya afectaciones al manglar, y para detectar quienes «de manera irresponsable, aprovechando una época electoral y en el populismo total, han estado introduciendo de manera irregular vehículos con escombro para rellenar la zona del manglar. Yo tengo las pruebas suficientes para demostrar quien está haciendo eso», aseguró.

El munícipe panista dijo que luego de una plática con Manuel Molina, delegado de la Profepa en Veracruz, dijo saber «lo que realmente hay ahí atrás y hay intereses que no tienen que ver con el medio ambiente, sino con intereses políticos». Sin embargo, aclaró que «si algún chofer de un vehículo del ayuntamiento cometió ese error, pues también tendremos que asumir (la responsabilidad)».

INTENTOS DE RESCATE
No todo ha sido luchas políticas y electorales, también han existido iniciativas para renovar la reserva ecológica. El seis de marzo, la Universidad Veracruzana en conjunto con el Ayuntamiento de Boca del Río y la iniciativa privada inciaron los estudios para la creación del Plan de Manejo del Área Natural Protegida del Arroyo Moreno, el cual determinará las condiciones físicas del manglar y el grado de afectación.

Emilio Zilli Debernardi, Vice Rector de la UV, indicó que a más tardar en octubre se tendrán los resultados preliminares del estudio que marcarán la pauta a seguir para la restauración de la zona. En esa ocasión, se mencionó que en los últimos 30 años, el manglar de arroyo Moreno ha perdido el 50 por ciento de su extensión original.

Por su parte, el tres de junio, integrantes de la Sociedad Cooperativa «Penacho del Indio» presentaron ante el alcalde de Boca del Río un plan para concretar un desarrollo ecoturístico en el área comprendida por el arroyo Moreno y su zona de manglares; se plantean recorridos por agua y por tierra, así como la construcción –donde la vegetación los permita– de zonas de descanso y pequeños locales comerciales. Además de operadores, los cooperativistas se convertirían en vigilantes de la zona para evitar la depredación del manglar o de las especies que viven en ese ecosistema.

Pedro López Rosado, dirigente de los pescadores, afirmó tener ya los recursos necesarios (un millón de pesos, aportados por el Parque Arrecifal Veracruzano), y que sólo están en espera de que la autoridad municipal otorgue el aval. Adrián Ávila Estrada, alcalde boqueño, recomendó una revisión y aprobación de la Dirección Municipal de Planeación Urbana y Ecología y de las autoridades federales correspondientes. Aún no hay un dictamen al respecto.

El día 16 de ese mes, con recursos provenientes del programa «Hábitat» y de la Secretaría de Desarrollo Social, el municipio de Boca del Río anunció un rescate ecológico del viejo basurero municipal, el manejo del área natural protegida y la preservación de la zona del manglar.. El pasado cuatro de agosto se determinó que el monto total que la Sedesol otorgaría al municipio boqueño sería de nueve millones de pesos, pero el Ayuntamiento no ha dado a conocer cuánto destinarán para este proyecto.